El filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset (1883-1955)
afirmaba: “…Jóvenes, haced política. Porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros. Y
probablemente, contra vosotros…”.
Estas palabras tienen una
gran vigencia en la actualidad.
El Diario El Litoral de la
ciudad de Santa Fe difundió el año pasado que el promedio de la edad de los 257
diputados nacionales argentinos es de 49 años. Lo cual demuestra un promedio
alto, teniendo en cuenta que la edad mínima para ser diputado nacional, según
establece el artículo 48 de la Constitución Nacional es 25 años.
Si
bien en Argentina hay una gran participación política de los jóvenes militando
y participando en las sucesivas campañas electorales de los diferentes partidos,
es difícil que lleguen a ser candidatos.
Como
excepciones, entre los casos históricos, el record de presidente electo
más joven en nuestro país lo tiene
Nicolás Avellaneda, quien tenía sólo 37 años, al asumir el mando en 1874. A nivel internacional, un caso
recordado es el de Felipe González, en España,
quien al asumir el gobierno en 1982 tenía 40 años.
Para resaltar un caso actual, puedo citar que este
pasado domingo 3 de febrero Nayib Bukele, un empresario del sector de la publicidad
de 37 años, ganó las elecciones presidenciales de El Salvador.
Pero hoy en día, estos casos no son frecuentes en
nuestro país. La política se debe renovar, esta es una
deuda pendiente con la sociedad. Una de las vías debe ser la entrada de los jóvenes,
pero no es la única tarea faltante. La solución no es solamente reemplazar septuagenarios
por veinteañeros que no estén contaminados con la vieja política, también se
tienen que cambiar las prácticas y la agenda, entre otras cuestiones.
Si comparamos
Argentina con España, con respecto a los líderes partidarios, del país ibérico
hay que mencionar a Pedro Sánchez (46 años, PSOE), Pablo Casado (38 años,
Partido Popular), Pablo Iglesias (40 años, Podemos) y Albert Rivera (39 años,
Ciudadanos). Estas personas dirigen las cuatro mayores fuerzas políticas del
país, lo que supone una media de 40 años.
En Argentina, Mauricio
Macri (60 años, PRO), Alfredo Cornejo (56 años, Unión Cívica Radical), Cristina
Fernández de Kirchner (65 años, Unidad Ciudadana), Sergio Massa (46 años,
Frente Renovador), José Luis Gioja (69 años, Partido Justicialista), Elisa
Carrió (62 años, Coalición Cívica-ARI), y Antonio Bonfatti (68 años, Partido
Socialista), son los líderes de las principales fuerzas políticas del país y el
promedio de edad de ellos es de 60 años.
Claramente la
comparación refleja que los principales líderes nacionales superan en promedio
20 años a los españoles. Para que esto cambie algún día, es necesario, entre
otras cuestiones, que los partidos políticos argentinos vayan incorporando
paulatinamente cada vez más jóvenes. Por supuesto, formados y capacitados, para
que luego puedan ocupar cargos protagónicos, desarrollar una carrera y exista
una real renovación de la clase política.
Pero todo esto no será sencillo, ya lo afirmaba el pensador francés
Jacques- Bénigne Bossuet: “…La
política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos
que no quieren salir…”.
Emilio Rodríguez
Master en Ciencia Política
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