miércoles, 13 de abril de 2016

LA JUSTICIA EN EL HORIZONTE

Ciertamente, hay puertas en esta vida que no deben abrirse, ya que una vez abiertas tal vez produzcan hechos, acontecimientos y acciones que horrorizan y terminan por dañar la condición de ser humano.
         Entre esas puertas que no deben abrirse está la puerta de la injusticia, la violencia y la anarquía. La pregunta entonces podría ser: ¿Cuál es la llave para cerrar dicha puerta?. A mi criterio la llave, el candado para ello es el continuo y permanente respeto y observancia de la Constitución y las leyes.
         En la historia de la humanidad sobran ejemplos de terribles acontecimientos que son producto y consecuencia de la violación Constitucional; tan solo por citar algunos de ellos mencionaré el régimen Nazi, el Fascismo y las dictaduras militares que sufrió Latinoamérica
          Uno de los pilares del sistema democrático es la igualdad ante la ley, es decir, que tanto el poderoso como el débil gozan de igualdad ante la misma, lo que nos acerca un poco más al ideal de justicia, en tal sentido, los políticos, quienes nos gobiernan y el ciudadano común están, por lógica, sujetos al mismo principio. Pero la realidad de nuestro Departamento y de nuestra Ciudad nos muestra con hechos que en efecto existen aquí ciudadanos de primera y de segunda categoría. Aquí, el pobre y el débil pueden ser castigados por la ley, mientras que los políticos y poderosos gozan de una increíble y repugnante impunidad.


          En base a esto, los niños, los jóvenes reciben un mensaje ambiguo y peligroso, ya que al ver que solo existe injusticia se comienzan a preguntar: ¿Por qué debo yo respetar la ley mientras que otros no?. Esta situación va progresivamente socavando las bases de la democracia, de la moral y de las buenas costumbres y por último termina por destruir la organización social, dejándose paso a la violencia y la anarquía cruel y sin sentido.
Podemos mencionar algunos ejemplos de la violación Constitucional que por acción u omisión cometen  las autoridades políticas de nuestro Departamento y nuestra ciudad e incluso algunos miembros del honorable concejo municipal. Para arrojar más luz al respecto les propongo a los lectores que juntos analicemos lo siguiente:
          La Constitución Política de Colombia comienza desde su Preámbulo invocando la protección de DIOS con el fin de entre otras cosas “asegurar el trabajo, la igualdad, la justicia y la libertad” donde se garantice un “orden político, económico y social justo”. Incluso el articulo ART. 25. Es aún más específico sobre el trabajo  “El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas.”.
Bien, aquí los ciudadanos de Armenia y el Quindío, saben muy bien que respecto al trabajo la constitución es permanentemente violada por las autoridades Departamentales y Municipales ya que no se les brinda a las personas condiciones dignas y justas, todo el mundo sabe que los políticos dan a modo de caridad y generosidad, trabajo por contratos a las personas, contratos que van de 3 hasta quizás el año de trabajo. Lo que en verdad hay que decir es que eso es una burla, nada más indigno e injusto con el pueblo, y mientras tanto los políticos siguen actuando así, sin importarles nada, porque ellos si tienen un plato de comida  que llevar a la mesa de sus casas cada día.
ART. 13.  “Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.”
ART. 18.  “Se garantiza la libertad de conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia.”.
El pueblo bien puede preguntarse qué pasa con los art. 13 y 18, ¿porque no se cumplen?. Y la verdad es que se discrimina por opinión política y filosófica, no se permite la libertad de conciencia, si una persona no vota como los políticos inescrupulosos piden, simplemente se queda sin trabajo, peor aún, les obligan a pagar una “módica cuotica” para colaborar con los gastos de campaña.
ART.  17.  “Se prohíben la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres humanos en todas sus formas.”.
A pesar de lo que ordena el Art. 17, los políticos obligan al pueblo a la “servidumbre”, se preguntaran ¿Cómo lo hacen?, aquí, ante todo es necesario explicar que es la servidumbre, se define como: las condiciones en que una persona es colocada de manera forzosa bajo el dominio de otra y que, por lo tanto, debe realizar diferentes tipos de trabajos a cambio de una mínima protección o pago de los bienes más básicos. Es decir, los políticos utilizan a la gente como siervos, poco más que un esclavo. Y los catedráticos, abogados, jueces, etc, ¿porque no dicen nada?, ¿Por qué el silencio cómplice?.
ART. 6.  “Los particulares sólo son responsables ante las autoridades por infringir la Constitución y las leyes. Los servidores públicos lo son por la misma causa y por omisión o extralimitación en el ejercicio de sus funciones”
Nótese, que el Art. 6, habla también de omisión o extralimitación, es decir que por acción u omisión son responsables de cumplir y hacer cumplir lo que la Constitución establece. ¿Es que quizás, nuestros gobernantes creen estar por encima de la Constitución y las leyes?. La realidad nos deja ver que es tanta la impunidad que a los políticos no les importa y en su arrogancia continúan violando la Constitución y las leyes.
ART. 86.  “Toda persona tendrá acción de tutela para reclamar ante los jueces, en todo momento y lugar, mediante un procedimiento preferente y sumario, por sí misma o por quien actúe a su nombre, la protección inmediata de sus derechos constitucionales fundamentales, cuando quiera que éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública.”.
Vemos que misma Constitución, le otorga el derecho a todo ciudadano de reclamar cuando sus derechos fundamentales se encuentran amenazados o violados. ¿Será que sectores políticos y sociales callan porque todos forman parte de este gran circo y reciben ciertos “beneficios”?.
         La continua violación a la Constitución y a las leyes tiene responsables, en primer lugar los políticos corruptos e incompetentes; también los jueces y abogados por conocer los peligros que tales acciones producen y por último la sociedad toda por soportar tal situación.
          En nuestro Departamento y en nuestra ciudad ya existen claros síntomas de descomposición social, la corrupción generalizada, la criminalidad, etc., todo esto gracias a la impunidad con que actúan nuestros gobernantes. Pero, toda acción tiene consecuencias, me pregunto: ¿Por qué los hombres del derecho continúan sumergidos en un silencio mortal?, ¿Por qué los líderes sociales y los líderes religiosos permanecen en silencio? ¿Será que acaso creen estar a salvo junto con sus familias?. Pues si es así, , tarde o temprano y Dios nuestro señor no lo permita, se darán cuenta de su magno error, porque como reza el dicho popular “el pescado se pudre por la cabeza, nunca por la cola”, así , la injusticia, la anarquía, la violencia y la criminalidad, tocaran la puerta de todos y cada uno de los hombres y mujeres de esta ciudad si continúan actuando con indiferencia.
          Ahora deben tomar conciencia de la gravedad de la situación y tratar de remediarla impartiendo justicia o deberán en un futuro atenerse a las consecuencias. En poco tiempo, se cumplirá la ley y se hará justicia y no habrá quien escape del brazo fuerte de la ley.

         A los políticos irresponsables, a los jueces y a los líderes sociales que permanecen indiferentes, les hago llegar las palabras de Séneca: “...Del mismo modo en que por toda la ciudad los amos crueles son señalados como objetos de odio y execración, así también la injusticia e ignominia de los reyes se expande en un vasto escenario, entregándose su nombre a la abominación de los siglos. ¡Cuánto más preferible hubiese sido no nacer, que figurar entre los nacidos para infelicidad de los demás!..”.

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