“…La
obligación política de
creer por fe
el mito de
una historia exclusivamente
masculina está intoxicando la psique de un gran número de mujeres que, si como
hemos hecho nosotros, comenzaran a indagar en el decurso del acontecer humano
buscando en sus hechos verificables la verdad, descubrirían
que, en los
acontecimientos pretéritos, las féminas del pueblo fueron sujetos activos a
favor de la libertad y el avance de la humanidad o en su contra, actuando como
seres humanos con albedrío y voluntad, al igual que los hombres. Como ellos,
fueron manipuladas y victimizadas por las elites de los poderosos en muchas
ocasiones o se sacudieron su yugo con bravura y decisión en muchas otras…” María del Prado Esteban
Si, como dice Séneca, “…solo en la adversidad se hallan
las grandes lecciones del heroísmo…”, hoy estamos en la mejor
disposición para recuperar la mujer heroica capaz de emerger desde las ruinas
de la sociedad presente para regenerar la vida como vida humana.
En primer lugar, debemos tener en claro el significado
de términos tales como “feminismo” y “machismo”, al respeto podemos decir lo
siguiente:
El término “feminista” o “feminismo” deriva del Latín fémina
“mujer”, y el feminismo se entiende como la doctrina social favorable a la
mujer. Se trata de un movimiento que exige que hombres y mujeres tengan los
mismos derechos: por lo tanto, concede al género femenino capacidades antes
reservadas sólo a los hombres. El feminismo cuestiona las relaciones entre la
sexualidad (como género) y el poder social, económico y político. Al revisar la
historia, las feministas consideran que el patriarcado ha sido negativo para la
sociedad y que las mujeres han sido sometidas a la voluntad del hombre.
Por el contrario, por “machismo” se entiende que
deriva de la palabra “macho”, Entendemos por macho a aquel sujeto que
representa al género masculino dentro de cualquier especie animal (incluyendo
la especie humana); es decir, Macho es sinónimo de hombre en cuanto a género. El
“machismo” según la Real Academia Española (RAE) se define como la actitud de
prepotencia de los hombres respecto de las mujeres. Se trata de un conjunto de
prácticas, comportamientos y dichos que resultan ofensivos contra el género
femenino. El machismo es un tipo de violencia que discrimina a la mujer o,
incluso, a los hombres homosexuales.
Así podemos ver claramente, como el término “feminista”
posee una connotación positiva mientras que el “machismo” una connotación absolutamente
negativa. La realidad es totalmente distinta, ya que podemos encontrar hombres
que sean intolerantes o que ejerzan violencia sea psicológica o física contra
otros hombres o mujeres, lo cual no implica que todos los hombres sean “machistas”
por el hecho de ser hombres. Del mismo modo, existen mujeres que son
intolerantes o violentan en perjuicio de otras mujeres u hombres.
Desde el comienzo resulta tan ofensivo el término “machista”
como el término “feminista”, y no solo eso, sino que resultan totalmente falsos
para realizar generalizaciones tanto de hombres como de mujeres.
Como se mencionó en un principio es falsear la
historia a conveniencia plantear o sostener que la mujer ha sido víctima de la opresión
masculina, si bien es cierto que han existido sociedades patriarcales y
matriarcales, la luz de la verdadera historia demuestra que tanto hombres y
mujeres fueron oprimidos muchas veces por el poder.
Resultaría realmente esclarecedor, conocer las
verdaderas causas o motivaciones que algunos sectores tuvieron y tienen para
enfrentar a la sociedad en una absurda y falsa guerra de los sexos. Durante siglos
el Poder o mejor dicho los poderes en las sombras se han beneficiado del
enfrentamiento de la humanidad, en algunos casos fueron enfrentamientos por ideologías,
religiones, clases sociales, etc. Así llegamos a la actualidad donde el nuevo
paradigma es enfrentar a las mujeres contra los hombres.
La realidad es mucho más cruel y despiadada que la ficción,
el “feminismo” es lisa y llanamente un proyecto de ingeniería social a gran
escala que comenzó a mediados del siglo XX y que en nuestros días ha conseguido
lavar el cerebro de miles de millones de hombres y mujeres en todo el mundo.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado, podemos
entender la relación entre el movimiento “feminista” y el aborto, ya que hace
ya algún tiempo se filtró información del llamado SorosLeaks DCLeaks.com,
documentos donde la Fundación Open Society perteneciente al magnate George
Soros apoyaba intelectualmente y económicamente a políticos argentinos en favor
de la legalización del aborto. De esta manera los lectores podrán entender los
festejos y abrazos entre diputados Daniel Lipovetzki (PRO), Victoria Donda (ex
Libres del Sur), Myriam Bregman (PTS), Silvia Lospennato (PRO), Romina del Plaa
(PO), Cecilia Moreau (FR) y Gabriela Cerruti (UC) al tratarse la ley de aborto.
Estos politicos y muchos más expuestos en el documento,
son presentados como “reliable allies in Latin America” o sea, “aliados
confiables en América Latina” de la Open Society de Soros y clasificados como
“Trustable leaders for OSF & OSI LR1” o sea “líderes confiables para la
Open Society Foundations”, siendo LR1 “referentes argentinos comprometidos con
los valores de la Open Society Foundations y dispuestos a colaborar en el
desarrollo legislativo y nueva normativa. Cabe destacar que Soros y otros
magnates apoyan el “feminismo” y la legalización del aborto en muchos países.
Desde el Poder, se le ha impuesto al hombre el rol de:
1) mandar y hacerse despótico, 2) olvidar la cosmovisión del amor, 3)
corromperse por los privilegios, 4) morir en las guerras, 5) ser inhábil para
el afecto, 6) concebir a la mujer como su inferior en vez de como su igual, 7)
no poder contar con la mujer como aliada vital en la lucha por la libertad de
conciencia, política y civil ni tampoco en los avatares comunes de la
existencia, 8) ignorar lo doméstico, que es una parte de la existencia, 9)
perder la propia virtud, calidad, dignidad y auto-respeto, haciéndose un bruto,
un bárbaro cruel y sádico. Semejante batería de propósitos tiene una meta
obvia: destruir al varón en tanto que ser humano. Sin duda alto tan absurdo como
relegar a la mujer a las tareas del hogar, por ejemplo.
Como señala María del Prado Esteban “…el
feminismo, en tanto que política del Estado y el capital, dirigida al control y
aniquilación psíquica de las mujeres, ha logrado sus objetivos en buena medida,
lo que se manifiesta en numerosos hechos…”.
Incluso podemos hacer referencia a un icono del
llamado movimiento “feminista” como Simone Lucie Ernestine Marie Bertrand de
Beauvoir, conocida como Simone de Beauvoir, escritora, profesora y filósofa
francesa feminista, luchadora por la igualdad de derechos de la mujer y por la
despenalización del aborto y de las relaciones sexuales, que con sus ideas
genera la androfobia (Temor obsesivo experimentado hacia los varones que puede
constituir una enfermedad) e incluso denigra a la propia mujer ya que concibe
el cuerpo femenino como algo negativo en sí, por ejemplo, cuando dice que “…todo
el organismo de la hembra está adaptado a la servidumbre de la maternidad…” y
continúa su critica del embarazo, cuando expone, por ejemplo, que “…la
gestación es un trabajo fatigoso que no ofrece a la mujer ningún beneficio
individual y le exige, por el contrario, pesados sacrificios…”. De Beauvoir
incluso afirmó que la homosexualidad de la mujer es una tentativa, entre otras,
para conciliar su autonomía con la pasividad de su carne. Y, si se invoca a la
Naturaleza, puede decirse que toda mujer es homosexual por naturaleza. Sin olvidar
que este icono del “feminismo” pidió legalizar la pederastia, haciéndolo público
en una carta publicada en el diario Libération en 1977 cuando ese año se juzgó
a tres hombres por abusar de un menor de 15 aunque sin violencia. Los tres
firmantes, entre ellos Simone y Sartre, reclamaban el “reconocimiento del derecho del niño y adolescente a mantener
relaciones con personas de su elección”.
A criterio de M. del Prado Esteban los objetivos del
feminismo como nueva religión de política son las siguientes: 1) mega-oprimir, encanallar y deshumanizar a
las mujeres, lo que equivale a consumar el feminicidio, 2) crear un
enfrentamiento civil sin precedentes entre varones y mujeres, el 50% de la población
contra el otro 50%, para realizar el dicho “divide y vencerás”, 3) convertir
definitivamente a las féminas en mano de obra dócil, motivada y barata, para
elevar la cuota de ganancias de la patronal privada y estatal, 4) incorporar en
masa a las mujeres al ejército, 5) rebajar aún más la tasa de natalidad, meta
biopolítica que el tándem Estado-capital lleva persiguiendo desde hace 40 años,
6) destruir a los varones a través de sentimientos de culpa muy potentes y bien
interiorizados, 7) conseguir que estos asuntos en modo alguno sean comprendidos
por la gente de la calle y, 8) Incorporar a un núcleo de mujeres muy motivadas
a los órganos de gestión y de poder legitimando el despotismo político por ese
procedimiento.
Finalmente, M. del Prado Esteban se pregunta ¿Por qué
Estado y el Poder enfrentan a hombres y mujeres? Hay cuatro razones
fundamentales, a juzgar por los contenidos de la estridente y omnipresente
propaganda institucional al respecto: 1) para enfrentar a varones y féminas, 2)
para adoctrinar a las mujeres en la cosmovisión del odio y el victimismo, 3)
para destruir la vida familiar, dejando al individuo (sobre todo a la mujer
pero también al varón) solo y, por tanto, desamparado en grado superlativo ante
el capital y el ente estatal, 4) para aculturar a las masas con los ataques a
“la tradición” y la creación de un sentimiento de culpa colectiva y auto-odio
que triture aún más y mejor al sujeto medio.
“…No son los dos sexos superiores o inferiores el uno
al otro. Son, simplemente, distintos...” Gregorio Marañón.
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