En la actualidad la
Democracia se encuentra en una situación de creciente inestabilidad, con graves
crisis de legitimidad fundamentalmente en los países del Tercer Mundo, ya que
es en estos donde la Democracia y el sistema económico capitalista no logran
integrarse en la forma en que lo hizo en los países desarrollados.
La
mayoría de los países denominados del Primer Mundo, gozan en la actualidad de
sistemas democráticos estables, la razón por lo cual esto es así, podría
encontrarse, en el buen funcionamiento de sus economías capitalistas; pero
entonces que sucede en aquellos países que no han alcanzado ese nivel de
desarrollo y que intentan vivir bajo regímenes democráticos. La probable
respuesta, podría ser, que debido a su situación de subdesarrollo económico, la
Democracia no parece poder dar respuestas o soluciones a las demandas de la
sociedad, lo cual provoca una fuerte crisis de legitimidad de sus sistemas
políticos.
Las
profundas crisis económicas hacen que los Estados dejen de cumplir roles
básicos en la articulación entre la sociedad y el mercado; la realidad que
viven los países del Tercer Mundo nos demuestra que se ha equivocado el camino
que conduce al desarrollo y como consecuencia de ello la Democracia se debilita
día a día.
Es
indiscutible que gran parte de los problemas políticos de los países
subdesarrollados, tienen su fundamento en profundas crisis culturales, las
expresiones más destacadas son por Ej. el hecho de que hoy en los inicios del
siglo XXI aún podemos presenciar viejas practicas detestables e incompatibles
con la Democracia como lo son el caudillismo y el clientelismo político, estos
males endémicos de nuestras sociedades, solo pueden ser neutralizados en la medida
que surja una nueva conciencia del verdadero valor que tiene la educación en el
desarrollo integral de las sociedades.
Por
otra parte, resulta inconducente atacar al sistema económico capitalista y
culparlo de todos los males del mundo subdesarrollado. La realidad es que
muchos de los que critican al sistema de producción capitalista, parecen
desconocer el hecho de que en los países subdesarrollados jamás ha existido el
capitalismo, a lo sumo, se ha accedido a una especie de precapitalismo.
De todo ello podría formularse la
siguiente pregunta; ¿es posible una
verdadera Democracia en los países en vías de desarrollo, o si el subdesarrollo
económico nos condena a vivir bajo un sistema pseudo democrático?. También
es cierto, que resulta inconducente buscar el desarrollo económico, o mejorar
el sistema democrático situándose a la izquierda del espectro ideológico; ya
que macroeconomicamente es inviable y en éste sentido solo basta examinar la
historia y ver como terminó el experimento socialista que comenzó en Octubre de
1917 y que perduró durante algunas décadas, fracasando rotundamente con la
caída de la URSS en 1989. En cuanto al plano político y social, la izquierda
aunque ha evolucionado bastante en muchos países, no puede apartarse de sus
raíces marxistas, desde la que se señala que la Democracia es utópica e
inoperante, ya que las libertades de la Democracia liberal son formales pero no
reales. Señala además que el Estado liberal es una creación de la burguesía
para asegurar su dominio sobre la clase explotada, y con este concepto niega
toda posibilidad de que se pueda desarrollar una verdadera Democracia si no se
suprime a la burguesía como clase dominante y en su condición de explotadora
del proletariado. En todo caso si ha de haber igualdad, que sea igualdad de
condiciones, y este tipo de igualdad no se alcanza suprimiendo a ninguna clase
sino brindando igualdad de oportunidades para trabajar, para educarse, para
expresarse etc.
Resulta muy esclarecedora la opinión de Maurice Duverger, quien en una
de sus obras expresó: “la Democracia
pluralista corresponde a un grado elevado de industrialización”: Afirmar
que los pueblos libres son pueblos ricos expresa, con una formula brutal, pero
apenas exagerada, una verdad fundamental. Aplicar un sistema pluralista a
naciones cuya mayor parte de la población se halla casi famélica, y es inculta y analfabeta,
resulta prácticamente imposible.
La
experiencia de muchos países, incluyendo a la Argentina, que no han alcanzado
un desarrollo integral, explica el hecho de que no han experimentado en ningún
momento de su historia, salvo en brevisimos períodos sistemas democráticos, que
además son imposibles de desarrollar en situaciones de dependencia económica,
lo que determina la dificultad de poner en práctica la verdadera Democracia.
Finalmente el concepto de Democracia no puede tener el mismo significado
en un país industrializado que en uno dependiente o tercermundista. Para los
habitantes de estos últimos el término se agotará en breves manifestaciones de
derechos políticos como lo es el ejercicio del sufragio, que es solamente un
instrumento de la Democracia. Para que realmente exista Democracia debe
concretarse la posibilidad de que todos los integrantes de la sociedad tengan
acceso no solamente a los derechos políticos, sino también a posibilidades
económicas en relación estricta con el esfuerzo realizado. Si estas condiciones
concretas son factibles, la posibilidad de implementar un sistema democrático
será mucho más real, y recién a partir de esas bases se podrá hablar de
Democracia como forma de vida.
Como manifestó
el escritor y pensador francés Alexis De Tocqueville en su obra “La Democracia en América”. En la misma,
analiza el presente y futuro de los EEUU; advierte una universalización de la
Revolución en todo el mundo cristiano; admira el desarrollo gradual de la
igualdad de condiciones como un hecho providencial, y saluda el advenimiento de
la democracia como un signo contemporáneo de la voluntad de Dios y dice: “La Aristocracia pasada ha muerto; el
interés de los nobles por el pueblo se parecía al que un pastor concede a su
rebaño. La democracia va a deparar a los hombres una felicidad mayor”.
Tocqueville además elogia la igualdad social y la igualdad política, las
instituciones municipales, las asociaciones libres y el gobierno del pueblo.
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