Numerosos
son los estudios que se han realizado para determinar cual es el rol que debe
tener un Estado moderno para lograr el desarrollo económico que permita una
armoniosa relación entre la sociedad y el mercado.
En base a un análisis detallado del
tema, se podría afirmar que la democracia el mercado y la sociedad pueden
funcionar sin grandes contradicciones, queda muy claro que para que ello
suceda, el Estado debe tener necesariamente un rol activo como promotor
principal del desarrollo y articulador entre las necesidades del mercado y las
demandas de la sociedad; en este sentido es innegable el hecho de que la
durabilidad de las democracias está ligado al nivel de desarrollo económico y su
equidad distributiva.
El problema al que se enfrentan las
naciones del mundo subdesarrollado es definir el rol que debe cumplir el
Estado, en la medida que no se tome una decisión respecto a ello, no se podrá
arribar a ninguna solución real.
Argentina como muchos otros países de la
región han sido durante mucho tiempo como barcos sin timón librados a los
caprichos de los vientos que cambian constantemente en el plano internacional.
Nuestro país y sus vecinos han pasado con frecuencia de un extremo a otro,
justamente porque nunca se tuvo en claro el papel que debe cumplir el Estado.
Pero llega el instante en que debemos enfrentarnos de cara a nuestros problemas
y tomar decisiones trascendentales; éste momento ha llegado para Argentina y Latinoamérica.
En la actualidad nos debatimos entre
la desintegración total del estado y por ende de la sociedad, o la opción de
refundar el Estado, promover el verdadero desarrollo y dar consistencia a la
democracia. Si es que nos decidimos por la segunda opción me inclino a pensar
que para alcanzar la primera etapa del desarrollo económico; esto es la
“industrialización”, el Estado debe adoptar lo que se denomina como
“capitalismo de Estado”, pero esto llevado a cabo con una variante sumamente
importante, a diferencia del capitalismo de estado llevado a cabo por la ex
Unión Soviética, que no permitía el desarrollo de la empresa privada, ésta
nueva variante si debe permitirlo y en la medida de lo posible alentarlo.
El Estado debe tener a su cargo el
desarrollo de las actividades más importantes y poderosas como pueden ser: La
Siderurgia, las actividades petroquímicas, los minerales valiosos, las
telecomunicaciones, la producción energética, los astilleros, fomento al
desarrollo tecnológico, inversión educativa y la inversión en infraestructura
entre otros.
Como consecuencia directa de ésta
política, el Estado debido a las crecientes ganancias aumentará su capacidad de
ahorro e inversión, esto, a su vez se traducirá en créditos que posibilitarán
el auge de la pequeña y mediana industria. Nos encontraremos entonces inmersos
en un círculo virtuoso de la economía en contraposición al actual círculo
vicioso.
Tener un tipo impositivo bajo,
recompensa el comportamiento productivo, las personas trabajan más, ahorraran
más e invertirán más, al mismo tiempo disminuye la evasión y el empleo
informal. Una buena política tributaria es necesaria para que exista
crecimiento económico y para elevar la calidad de vida.
Una correcta política tributaria
implica libertad, simplicidad, prosperidad, competitividad, oportunidad e
igualdad. La política tributaria de un país refleja los principios de una
sociedad, por tanto la meta debe ser crear personas más ricas para lograr una
sociedad con mayor riqueza. En una economía globalizada, la reforma tributaria
es particularmente importante para las economías en desarrollo ya que hace más
fuerte el mercado interno y favorece la inversión extranjera directa e
indirecta. Los políticos deben comprender que la meta debe ser fomentar una
movilidad social ascendente y la expansión de la economía, ya que es lógico que
si la torta a dividir es pequeña no alcanza para todos. Los clase política debe
tener presente que con la actual política impositiva no se distribuye la
riqueza, sino que, están distribuyendo la miseria. Deberían aprender de la
historia y recordar que revoluciones han comenzado a causa de impuestos
injustos y distorsivos.
En este sentido la historia nos brinda
una visión clara de que no estamos equivocados en nuestras apreciaciones, ya
que por citar algunos ejemplos diremos que Estados Unidos ha seguido esta
política desde sus comienzos, lo mismo han hecho Alemania, Francia y Japón
ejemplos claros de este proceso. Pero por ser uno de los últimos en términos
temporales debemos hacer referencia al modelo adoptado por Singapur, he aquí el
ejemplo más claro de este tipo de política llevada a cabo de manera
responsable.
Argentina y Latinoamérica han tocado
fondo con sus crisis económicas, políticas y sociales, pero es bueno recordar
que “la noche se hace más oscura
justo antes del amanecer”, estemos pues prestos a ver la luz brillar
nuevamente en nuestra nación. Este deberá ser el camino para salir del
estancamiento económico, la crisis social y la inestabilidad política.
Resulta repulsivo ver cada día las peleas
entre políticos, ávidos de poder, al que ansían acceder no por ser mejores,
sino por la vía del descrédito al contrario. Dedicados a perder el tiempo y los
recursos de toda la población siguen dejando de lado los verdaderos problemas de
la gente. ¡Qué poco les importa el sufrimiento del pueblo!.
“…Una Nación que
intente prosperar a base de impuestos es como un hombre con los pies en un cubo
tratando de levantarse tirando del asa…” Winston Churchill.
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